Uno se despista y pasa exactamente un mes sin escribir una entrada a un blog. Un día hablaremos de esto. De lo fácil que a veces es abandonar un hábito, tal vez porque aun no lo es o porque no tiene circunstancias adictivas para nosotros, y lo difícil que puede ser volver a recuperarlo.
La verdad es que aunque no tiene porque servir de excusa, a finales de junio estuve atareado defendiendo el trabajo fin de master y algunos flecos de otra asignatura y a principios de este mes nos hemos centrado en visitar una serie de posibles clientes y preparar proyectos para ellos.
Pues si, ya he terminado el TFM que hacia y ya soy Master en gestión de RR.HH. Como os podéis imaginar, lo de «gestión de RR.HH.» no me gusta demasiado, pero es su nombre oficial.
El titulo en si no era lo importante. Me explico, tener títulos académicos no necesariamente te hace más experto en algo ni tan siquiera garantiza que posees un unos determinados conocimientos o el talento suficiente para poder realizar eficientemente alguna función. Eso lo se yo y por suerte muchas de las personas que se encargan de seleccionar a otras para contratarlas o aceptar su ayuda, docencia o consultoria.
Era la continuación de un reto que había empezado el año anterior con la realización de un «Experto Universitario». Era un reto porque era volver a la universidad como alumno después de 33 años. Y he aprendido. He aprendido teorías, metodologías, … que cuando estuve aun no se habían formulado. Resultados sobre investigaciones relacionadas con la motivación, la gestión de equipos o el aprendizaje. Conocimientos, que, estando «a pie de obra» no me había parado a refrescar. De eso, del aprendizaje demasiado centrado en la tarea, ya hablé en otra entrada.
Para mi, ha tenido dos partes diferenciadas. Por una, todas las asignaturas, que como digo hablaban de liderazgo, gestión de equipos, motivación, planificación de RR.HH. pero también de investigación, de tests y estadísticas. Por otra, la realización del Trabajo Fin de Master con el cual he podido profundizar con lo que es una de mis especialidades: el aprendizaje en la empresa y para la mejora profesional y de la empleabilidad. El titulo exacto es: Uso de los Entornos Personales de Aprendizaje (PLE) en los ámbitos de la mejora profesional y de la empleabilidad. No os librareis de que próximamente os hable más de el y que, una vez haya hecho una primera revisión os pase un enlace para que podáis consultarlo.
Como la experiencia me ha gustado he decidido mantenerme en contacto con la comunidad académica y la investigación: He solicitado mi inscripción a un doctorado. Mi compromiso será que en dos cursos académicos, quizas tres si tengo el suficiente trabajo, dedicaré parte de mi tiempo al aprendizaje y la investigación encaminadas a un objetivo temático concreto, de momento aun muy abierto, y a la elaboración de la correspondiente tesis doctoral.
¿Para qué?.
Esta es la pregunta que siempre conviene hacerse. En este caso, la verdad es que la respuesta no la tengo del todo elaborada. Se que, por mi edad y por otras circunstancias de dedicación que implica, mi camino no es la carrera docente universitaria hacia la cátedra. Como mucho puedo aspirar a ser profesor asociado que ya lo he sido y para lo que no me hace falta el doctorado. También reconozco que en el campo de los títulos para deslumbrar a según quien pintan más las colecciones de masters que un doctorado. También se, que para ponerme hoy y ahora a la altura de mis colegas pintaría más un certificación ICF en coaching.
¿Entonces?
Supongo que lo hago porque me apetece. Porque quiero continuar aprendiendo sobre este tema. Porque el doctorado me proporciona un marco, me facilita la orientación de parte de mi PLN (Red Personal de Aprendizaje) a mi finalidad. Pero tengo muy claro que el título de doctor no es mi finalidad. Lo que a mi me interesa es el camino y cuando me encuentre una encrucijada ya decidiré según las circunstancias.
No te quedes parada. Sigue aprendiendo. Es interesante, es divertido. es saludable, …