De camino al #ciedo 2016 y otro aprendizaje más

Semanas productivas que dan un empujón a mis aprendizajes. En primer lugar asisto durante tres sábados al  «Seminario de metodología: La creación de sujetos de estudio, una aproximación a la metodología cualitativa», impartido por Catalina Gayà y en el que nos encontramos un grupo de doctorandos. Nos transmite con pasión sus conocimientos avalados por su experiencia y nos da pistas para que montemos nuestra investigación. Va más allá de una transmisión mecánica de conocimientos: reflexionamos sobre el sujeto, el contexto y la transformación que sucede en nuestra interacción.

Desde un ejercicio de distribución colectiva del conocimiento muy #workingoutloud o si lo preferís, muy #learningoutloud  estoy reescribiendo mi Plan de Investigación que compartí aquí, aquí y aquí. Próximamente os presentaré las mejoras que voy introduciendo a partir de las reflexiones de este curso.

Y solo quedan pocos días para que empiece el #ciedo 2016 muy bien presentado por Joaquín Gairín Sallán en Transformar las organizaciones a través de las personas donde nos explica los conceptos de aprendizaje situado y aprendizaje conectado:

transformación de las organizaciones

El concepto de aprendizaje situado enfatiza en la idea de que el aprendizaje no puede separarse del contexto en el que se produce. Por una parte, se reconoce que el conocimiento es contextual; por otra, que la manera de adquirirlo no puede desvincularse de la experiencia directa con el entorno donde se sitúa. Se relaciona, por tanto, con la experiencia laboral y la práctica activa y conlleva pertinencia, participación, intercambios experienciales con otras personas y praxis (vinculación a situaciones concretas).  

 

El concepto de aprendizaje conectado enfatiza en la necesaria interdependencia para lograr mejorar nuestro nivel de conocimientos y hace referencia al trabajo compartido en red que aumenta nuestro bagaje experiencial. Hace referencia a la construcción social del conocimiento y al rol que en la misma tienen las nuevas tecnologías. Recordamos, al respecto, las herramientas existentes para el trabajo colaborativo y la evolución que ha habido de las TIC (“Tecnologías de la Información y Comunicación”), a las TAC (“Tecnologías de Aprendizaje y Conocimiento”) y TEP (“Tecnologías de Empoderamiento y Participación”). 

Y sigue:

La vinculación de ambos conceptos con la realidad laboral sitúan al puesto de trabajo en el centro de aprendizaje, que ha de permitir los cambios necesarios y la transformación de las organizaciones a través de las personas. Por una parte, se trata de promover un proceso de trabajo reflexivo para el cambio, que supone analizar constantemente lo que se hace, los efectos que se producen y la manera de mejorarlos; por otra, de alinear los objetivos de desarrollo profesional con los objetivos de desarrollo organizacional, que hagan posible tanto la organización que aprende como el desarrollo profesional a partir del puesto de trabajo. 

Lógicamente, me resulta imposible expresarlo mejor, y finaliza.

El centro del cambio es, pues, la experiencia y la manera como contribuye al perfeccionamiento personal e institucional; la base del mismo está en los procesos personales e institucionales que facilitan su intercambio y desarrollo. El aprendizaje en este contexto deja de ser un privilegio propio y reservado a instituciones educativas y aulas de formación para convertirse en algo que sucede constantemente mientras las personas interpretan lo que experimentan y construyen conocimiento de esas experiencias. 

Vamos pues a #ciedo 2016 con afan de aprender construyendo cooperativamente

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